KNOW YOUR ENVIRONMENT







La diversidad ambiental es una de las características de la zona por donde discurren las rutas de este trabajo. Desde la Sierra de la Almenara, con sus roquedos, sus bosquecillos de pinos, sotobosques o zonas de matorral; hasta las costas, con sus promontorios, acantilados, saladares o calas arenosas; pasaremos por zonas cultivadas, que se extienden desde las marinas o llanuras litorales, con sus cortijadas, invernaderos, huertas o barbechos; y como nexo de unión entre todas ellas: las ramblas, con su exuberante vegetación, que busca en ellas la poca humedad que pueden encontrar en esta comarca. Toda esta variedad de ambientes hace que la vida silvestre que en ellas se desarrolla se caracterice por su biodiversidad. De este modo podremos encontrarnos en nuestros recorridos desde una minúscula orquídea hasta una enorme carrasca centenaria, desde el pequeño buitrón al corpulento jabalí, desde la modesta ombligo de venus hasta la exuberante adelfa, desde el mimético alcaraván al llamativo abejaruco... Por no hablar de otros "mundos", como el de los invertebrados, o las especies marinas que podremos observar en las playas. También la influencia humana -una constante en los ecosistemas mediterráneos- ha contribuido a aumentar el, ya considerable, número de especies, introduciendo algunas que luego se asilvestraron como la chumbera, la pita o la gineta.
El área geográfica donde se desarrollarán nuestras excursiones se encuentra enclavada en el sureste de la península Ibérica, en el dominio climático árido y semiárido. El clima, y otros factores físicos que se dan en la zona (insolación, pendientes, suelos, maresía...), hace que sólo las especies que han desarrollado una serie de adaptaciones sean capaces de sobrevivir aquí. Estas adaptaciones son especialmente evidentes en las plantas (adaptaciones xerofíticas): la presencia de pelos (malvavisco), el carácter coriáceo de las hojas (coscoja), su pequeño tamaño (espino negro), o el desarrollo de espinas (esparraguera), reducen la transpiración; el carácter craso (uña de gato), que permite almacenar agua; largas raíces para acceder al agua presente a profundidades considerables (azufaifo); un ciclo vital corto (vinagreta), que aprovecha los poco prolongados períodos húmedos y aguarda el resto del tiempo en forma de semilla... Todas estas adaptaciones, así como la proximidad al continente africano, han determinado el desarrollo de una flora y fauna caracterizada por su rareza y singularidad, que las hace extraordinariamente interesantes desde el punto de vista científico y ecológico. Abundan los iberoafricanismos, endemismos y especies escasas o amenazadas en el resto de la Península, del continente europeo, e incluso a nivel mundial. De estas comunidades de seres vivos, y sólo por citar algunas, podríamos destacar entre las plantas aún no citadas: el chumberillo de lobo, única planta europea con forma de cactus; la cornicabra o cornical, iberoafricanismo cuya distribución peninsular se limita al tramo costero entre Guardamar y Cabo de Gata; la sabina negra, que encuentra en Cope su localidad más meridional en la Región de Murcia; la siempreviva, el cambrón... Y entre la fauna podríamos destacar: la tortuga mora, cuya distribución autóctona ibérica se restringe a la zona comprendida entre Carboneras y Mazarrón; el búho real, el águila perdicera, el halcón peregrino, el águila real, la carraca o azulejo...

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